Principales riesgos de los trabajos verticales

En la actualidad los trabajos verticales son cada vez más demandados. El hecho de contar con personal altamente formado y capaz de trabajar en altura en lugares de difícil acceso lo convierten, en estas situaciones, en la opción más viable y menos arriesgada.

Sin embargo, aunque la profesionalidad sea ejemplar y el desarrollo de los trabajos se realice con la máxima seguridad, existen una serie de riesgos específicos, inherentes a esta actividad, que siempre habrá que tener presentes.

Aunque para cada caso concreto sea necesaria una evaluación −ya que el trabajo no es el mismo si se ha de desarrollar, por ejemplo, rehabilitando un monumento que reparando una línea eléctrica aérea−, los riesgos más evidentes cuando se utilizan técnicas de acceso y de posicionamiento mediante cuerdas son:

  • Caídas de personas a distinto nivel. Es el principal de los riesgos ya que puede llegar a ser mortal. Por ello el personal ha de tener la formación adecuada, tanto los equipos como el material auxiliar ha de estar perfectamente controlado y los trabajos han de realizarse con la planificación apropiada.
  • Trastornos músculo-esqueléticos. Es probable que sea uno de los más comunes ya que, normalmente, los trabajadores fuerzan la postura de su cuerpo para poder realizar el trabajo.
  • Choques contra objetos inmóviles. La utilización de las técnicas de acceso y de posicionamiento mediante cuerdas implica la utilización de EPI’s auxiliares − casco, ropa de trabajo, guantes y calzado de seguridad− ya que la permanencia en suspensión de los trabajadores los hace más vulnerables.
  • Golpes por caída de objetos. Por la misma razón, o por estar bajo la vertical de la zona de trabajo, el personal puede ser herido más fácilmente. Por ello las herramientas y demás accesorios que deba utilizar el trabajador deberán estar sujetos por los medios adecuados.
  • Estrés, fatiga. Riesgos derivados de las condiciones de trabajo. Es muy importante, por esto, regular el tiempo de permanencia en suspensión, los descansos periódicos, las condiciones ergonómicas y la vigilancia de la salud.
  • Contactos eléctricos directos. Riesgo cuando existe proximidad a líneas eléctricas.
  • Inclemencias meteorológicas que pueden incrementar los anteriores (viento, calor sofocante, exposición solar…)